jueves, 22 de diciembre de 2022

'Los locos de las alturas'


"Los locos de la azotea", son los primeros en ser bautizados con estas características. Fue en el década del 20, del siglo pasado, cuando una serie de amigos subieron a un techo y trataban de orientar lo que se conocía como radio galena. Fue una de las primeras experiencias en Medios de comunicación: la radio. Pero el término 'loco' (s) fue utilizado en otras situaciones que irrumpen el cotidiano común de la gente. Crónica TV, desde sus inicio- y con sus carteles de fondo rojo- era quien nos ilustraba sobre algún 'loco de algo'. Por eso cuando utilizó el titular: 'el loco del Obelisco', se refería a alguien que había trepado al símbolo mayor de CABA, a fin de manifestarse. Tuve oportunidad de conocer al 'loco del Obelisco', en el Hospital Borda, cuando fue de visita, aclarando que no lo enviaron allí, sino a un centro de drogas. Solo explicó porque pudo, pasado un tiempo, entender qué había hecho y cuáles eran las presiones que tenía en esos momentos.

Por San Miguel, también los diarios de la región titularon  'el loco del martillo'. Era un individuo que había salido con un martillo a golpear la casa de una familia, donde creía que estaba su mujer. También se había difundido por el canal local, y el pánico empezaba a cundir, si 'el loco' estaba suelto. En Grand Bourg, hubo un video que se hizo viral, donde bajaba un joven, a golpear el parabrisas de un auto, hasta destrozarlos, con un bate de beisbol. Por supuesto que fue bautizado: 'el loco del bate de beisbol'. Hasta aquí los Medios actuales y su clasificación de la locura violenta; pero la locura no es solo eso. Existen otros tipos de locuras, que a veces la psiquiatría clasifica mal. Son aquellas que tienen que ver con la alegría, el entusiasmo y por qué no la curiosidad (que necesita ser contenida, pero no apagada). Una curiosidad de mirarlo todo, desde otra perspectiva (más amplia, más general), para luego vislumbrarse.

En estos días de fervor por la obtención de la Copa Mundial de Fútbol, después de 36 años y de muchas frustraciones en Brasil, Estados Unidos, donde quedábamos segundos; la gente salió a festejar en las calles y en las plazas de sus pueblos. Rápido los móviles de TV, no solo enfocaban la gente que se acumulaba en la 9 de Julio, sino los que subieron al Obelisco. 
En nuestra querida Rotonda de Grand Bourg, también hubo algarabías y muchas ganas de tener un poco de alegría, en este país que parecería frustrarnos todos los días. 
Por eso apenas terminado el partido Argentina- Francia - luego de sufrir como un Argentino más- fuimos a ver como se juntaron en el centro de Grand Bourg: su 'rotonda'. Y allí estaban los que se subían a los árboles, los que subieron al mástil de la plaza, los que miraban desde una terraza, o un balcón: para tener una mejor percepción de todo lo que estaba sucediendo, con la llegada de la gente y sus familias, los chicos, la espuma que se tiraba (como en un gran carnaval o una gran fiesta de todos), los que cantaban, dispuestos a tener una inmensa alegría para sentirse parte del todo, en algo que nos una. Para muchos es una experiencia religiosa, para otros es una necesidad de sentir al otro feliz, disfrutando, viendo que puede gozar de algo que le puede dar entusiasmo a su vida.

Carlos Liendro 

jueves, 8 de diciembre de 2022

Sindicatos universitarios ADIUNPAZ

Se sabe poco en la comunidad y en sus 'municipios de influencia´ (de donde provienen los alumnos de una universidad), ¿qué es un sindicato universitario? Nuestra región tiene en los tres municipios que formaron el ex General Sarmiento, tres universidades. La Universidad de Lujan (UNLu) con su sede en San Miguel- aunque se inició en J.C. Paz en 1977-; Malvinas Argentinas con el predio de la UNGS y J.C.Paz  con la UNPaz y todas sus nuevas carreras, con una población de estudiantes como nunca se vio en la región. Uno de los ejemplos es la reciente creación de la carrera de Medicina, con más de 2000 alumnos para el primer año.

ADIUNPaz (Asociación de Docentes e Investigadores de J.C.Paz) es el sindicato de la UNPaz, y ha estado trabajado no solamente en las cuestiones gremiales por sus afiliados (docentes universitarios), sino en reuniones con otros docentes de las universidades nombradas y los profesorados terciarios. Malvinas Argentinas tendrá dentro de poco su primer terciario en el distrito (que dependerá de DGE. Dirección General de Escuelas). En estas reuniones se piensa  cómo  seguir analizando las condiciones laborales, y seguir realizando estudios sobre el origen social- cultural de sus estudiantes, a fin de dar mejor calidad educativa, que tanto necesita la región en sus profesionales.

Pensamos en el 2023 realizar por este medio una serie de entrevistas a quienes fueron elegidos en la conducción del sindicato para que cuenten sus experiencias y proyectos

Carlos Liendro / (docente e Investigador universitario)

(en la foto- el autor de la nota-  con los dirigentes en UNPaz, en su local frente a la UNPaz) 
 

jueves, 21 de julio de 2022

El día de la inauguración.


 

¿A qué hora llega Cristina?, preguntaba una señora muy mayor, canosa y con un bastón, mientras se acercaba a la estación. A las 10.30 habían citado a todos los que quisieran estar en la inauguración y había gente esperando por un lugar, que nunca abrió las puertas. Frente a ese lugar comenzaron a llegar más policías, y por momentos había más tipos de azul, con escudos y todo, que gente. También había tipos de civil, y ya estaba confirmado que llegaría el presidente de la Cámara de diputados de la nación, pero dentro de una hora.

En las otras salidas de la estación también había policías femeninas que caminaban por fuera y marcaban los lugares por donde se podía circular. Desde una de las entradas- que también tenían una especie de persianas bajas, se acumulaba más gente e iban llegando las autoridades locales. Se los distingue por los zapatos lustrados, una camisa planchada y un saco crema o azul; con el pelo corto y organizando a la militancia, mientras hablan serios, como indiferentes por celular. No había mucho nerviosismo, todo estaba bajo control. Ese grupo que iba llegando, mujeres teñidas de rubio, con ropa de fiesta, fueron los primeros y únicos que entraron. Había que armar la tribuna.

Por eso para los que no pudimos entrar a la estación y tener cerca a los funcionarios (tal vez porque no estábamos acreditados) solo pudimos escucharlos por los altoparlantes, desde la vereda, donde están las paradas de colectivos. Era interesante escuchar a los pasaban y las cosas que decían. Una mujer mientras se escuchaba el discurso de algún funcionario les gritaba: ¡Pongan más médicos en las guardias!...tanto lío por la inauguración de una estación!; los que estaban escuchando en otra parte de la vereda, comenzaron a silbarla y pedirle que se calle. Así sucedió con varios que pasaban caminando, y que al enterarse quienes hablaban huían más rápido y decían algún chiste escéptico.

Fue una pena que en medio de este acto tan esperado, no hubieran puesto pantallas para que los que estaban (quedaron) afuera pudieran verlo, ya que hubo bastantes personas- en su mayoría muy mayores- que apenas podían escuchar. Ellos estaban cerca de una combi que tenía un equipo de televisores y que apenas se podía ver. Intentaron remontar un ‘drone’, pero no despegaba, y muchos del personal técnico, se entretenían, buscando la forma de hacerlo funcionar. A veces la tecnología falla.

Tanto el ex intendente como el Presidente de diputados, recurrieron a discursos emocionales. Recordaba uno, su infancia en Grand Bourg, su escuela, el negocio de su padre que estaba cerca de la estación. El segundo retomaba esas palabras emotivas y le agregaba la parte que había venido a decir: dar un servicio que se había interrumpido y que era la séptima estación que inauguran durante este gobierno en Malvinas Argentinas. El dato es cierto, ya que las obras habían sido interrumpidas durante el gobierno de Macri y no continuaron, pero nunca dicen nada de cuánto se gasta y cuál fue el presupuesto dado a las empresas que hacen las obras. Toda esa postergación generó las condiciones con las que tuvieron que  padecer y sufrir los verdaderos usuarios del tren Belgrano. Al fin y al cabo allí había en su mayoría funcionarios provinciales y municipales, mucha tercera edad, gente de la Cámara de comercio de Grand Bourg, periodistas que escriben siempre buenas noticias, donde todo está bien (y después se enojan si uno les pregunta cuánto tienen de pauta del Municipio) en este nuevo country que es Malvinas. A este encuentro le faltaba el mayor símbolo peronista, cuando todo es una fiesta: no había puestos de choripán y menos el bombo,  para terminar de sacar la alegría.

La conclusión es que fue un acto del Presidente de la Cámara de diputados, con la excusa de inaugurar la última estación del Belgrano (en las otras inauguraciones había estado Alberto y Kiciloff); estaban los que tenían que estar para la foto. Al ver a dos de estos funcionarios juntos, y luego de sus discursos de promesas y esperanza, siempre pienso cómo surgen: de dónde vienen. Ambos oradores, están muy enlazados, en estructuras familiares, que ya tiene recorrido en la política (uno en Malvinas y el otro en Tigre). Desde allí los alientan y estimulan para que sigan subiendo, lo demás lo hace el partido. Me volví caminado, y pensando en esa mujer que esperaba- en toda su inocencia-  que llegara Cristina.

Carlos Liendro

lunes, 7 de marzo de 2022

El flaco: de Artaud a Invisible

 

Hay un Spinetta borgeano, junguiano, niesztcheano, hasta foucoultiano y de varias lecturas más. Ya me había acercado a ‘Artaud’, donde no olvido que conseguí un librito del poeta francés por la avenida Corrientes, luego de salir de un recital de rock. Esa noche prolongada, porque era como la una de la mañana, fuimos a la radio. Queríamos conocer (en el viejo edificio de Maipú 555) nuestro programa de rock favorito. El locutor nos invitó a pasar y vio que andaba con un libro de Antonin Artaud (era ‘El ombligo de los limbos’, en una edición rústica que nunca más encontré). Él leyó con esa gola grave los poemas y hablamos de ‘Pescado rabioso’, ese último álbum que hizo Luis Alberto Spinetta, ya separado su último grupo (Carlos Cutaia, David Lebon, Black Amaya). Creo que lo que más me impresionaba era que el flaco venía de esos súper- grupos pesados, y se largó en este disco solista con tanta poesía y melodías. ‘Cantata de los pueblos amarillos’ me sigue sonando en los oídos.

Después de muchos años caí que eran productos de sus lecturas. El Spinettta ‘borgeano’ lo descubrí y describí en un ensayito para gente de literatura (lectores muy obsesivos). El tema era ‘Los libros de la buena memoria’, donde hasta describe a nuestro mayor literato reconocido en el mundo: “se queda oyendo como un ciego frente al mar”. El ‘junguiano’ apareció con su grupo ‘Invisible’ (junto a Pomo y Machi, en batería y bajo respectivamente). Ensayaban en una quinta que había alquilado por Moreno, y allí estuvieron un mes, hasta que salió ese primer LP. Era por 1973. Solo menciono ‘La llave del mandala’

Ese año jamás podría olvidarlo porque se juntaron varias cosas. Fue el 21 de septiembre: había cumplido con el ritual del secundario, en la fiesta de los estudiantes y de allí me iba a escuchar el Festival de rock que se hacía en la cancha de Vélez. Iba de una quinta de Del Viso a Liniers, combinando trenes y subtes. Ahí nos encontramos con mis amigos del barrio, que ya habíamos acordado juntarnos. Tampoco puedo olvidar a un loco que gritaba subido a un mástil a cada uno de los ‘rockers’ nacionales que aparecían. Estuvo Moris, y este ñato le gritaba como un desesperado, - con el eco que repercutía por todo el estadio- ¡Tócate El Oso!...Por eso momento vimos más debajo de las tribunas, caminando en las gradas, a nuestro amigo Roberto, que iba con una chica (él era el ‘ganador’ de la barra). Le gritábamos para que venga con nosotros como en otros festivales que estábamos juntos, y solo miraba, sonreía y saludaba. Se levantó con la chica y empezó a caminar, alejándose aún más abajo. No sé de dónde salió el proyectil, o si fue ese que gritaba como un condenado subido arriba del mástil, pero el naranjazo lo embocó en la cabeza en la parte de atrás. Fue un emboque de más de 60 metros. Medio estadio colmado, que seguía los acontecimientos, largó una carcajada al unísono, y Roberto solo hizo la señal de la V, y seguía sonriendo.

En el medio de los cambios de los grupos que tocaban, aproveché para ingresar al campo de juego, donde estaba montado el escenario. Caminado tranquilo estaba el flaco. Fue la primera vez que lo veía, con esos zapatos con plataforma, un pantalón ‘patas de elefante’ y un saco celeste abrillantado. No tenía esa pose de ‘star’, así que hablamos sobre Artaud. Aquel poeta que pasó años en un manicomio y que se parecía tanto a nuestro poeta, que estuvo encerrado en el Borda (Jacobo Fijman). Como siempre más tarde leía cosas de Lacan y Pichón Riviere, citando su obra y hablando de la locura y el encierro en los hospitales psiquiátricos.

 

 

Cayendo la noche subió el trío Invisible: interpretaron temas que no conocía y el lado b, del simple que promocionaban en la radio de ‘Elementales leches’. Un riff violento que sonaba y se repetía mientras las tribunas rugían: “Estado de coma…estado de coma”, cantaba el flaco; años después el surrealismo de esa canción la encontré camino a la Universidad  Lomas, cuando fui docente. Una parte dice: “Un avión salió a la calle…”, por la ventanilla del micro veía un avión de Aerolíneas Argentinas, estacionado al lado de la ruta 4, cerca del cruce del puente que va a Ezeiza.

Otro de los recitales que me vino a la memoria fue cuando largaron el segundo álbum de Invisible, con un guitarrista agregado, Tomas Gubitsch, que luego integró el Octeto de Astor Piazzolla. Spinetta era nuestro Piazzolla del rock. Ese recital se hizo en un teatro de Capital. Lo más cómico fue cuando el flaco (que estaba dejando las drogas) mientras preparaba otro tema le gritan: ¡tocáte ‘Estoy hecho un demonio’! Se ‘paranoiquinisó’ y comenzó por el micrófono, a largar una extensa perorata sobre una droga: el pentotal, y cómo las habían utilizado los nazis. ‘Durazno sangrando’ era el tema central, pero a mí- por ese tiempo- me seguía gustando ‘Perdonado’ (Niño condenado)’, que lo había escuchado en vivo en una canal de televisión.




Ya en otra etapa de su vida, comprando facturas, lo encuentro por Del Viso. Era por aquellos tiempos en que estábamos trabajando con unos grupos de teatro. Estaba viviendo en uno de los barrios cerrados sobre la ruta 8, y creo que estaba en pareja con una conocida modelo y actriz. Lamenté no tener alguna revista que editábamos o algún libro para dejarle. Otra vez hablaba en forma simple y también figurada, como esa vez que lo encontré en la cancha de Vélez, solo que esta vez llevaba lentes y teníamos más años encima.

Toda su lírica, ya tiene libros y algunos cursos que analizan su obra. Lo más importante es que las nuevas generaciones puedan seguir escuchando su música y sus letras. Se ha consagrado el ‘Día Nacional del músico’ como un homenaje a Luis Alberto Spinetta, por el día de su nacimiento (23 de enero de 1950). Debo confesar que he seguido sus recitales hasta que vino el ‘Golpe del 76’. Su obra de jazz- rock no la seguí tanto (pero la escuchaba, hasta ese disco que hizo en inglés producido por un tenista famoso), y me alegraba mucho la vuelta en democracia, que volviera a juntarse con otros músicos, y siguiera produciendo. Solo no funcionó cuando se desató la guerra de egos con Charly Garcia, pero nos dejaron: 'Rezo por vos'. Un tiempo antes de su muerte juntó a la mayoría de los músicos que pasaron por sus grupos y pudo hacer ese inmenso recital (con ‘Las bandas eternas’) justamente en el estadio de Vélez.

A los 19 años había compuesto ‘Muchacha ojos de papel’ y ’A estos hombres tristes’ (que aparecen en el primer disco de Almendra). Cantó con la negra Sosa: ‘Barro tal vez’, esa zamba que escribió a los 17 años. Cuando reunieron de nuevo a Almendra, los fui a ver en ‘Obras’; habían ensayado en una quinta de Bella Vista, junto a Edelmiro Molinari, Rodolfo García y Emilio del Guercio, su primera banda del barrio de Belgrano.

Carlos Liendro


jueves, 27 de enero de 2022

A propósito de ‘No mires arriba’


Debido a toda la crisis que atraviesa el cine, pandemia mediante, aparecieron múltiples plataformas para mirar películas en casa. Ha sido un negocio que fue en alza en estos últimos dos años. Muchas productoras se inclinaron por estrenar películas directamente para estas nuevas plataformas. Algunas cadenas de salas de cine, no pudieron continuar y fueron cerrando. Pasó en nuestro país y en varios lugares del mundo.

Una de esas películas fue ‘No mires arriba’ (Don’t look up). Tuvo una serie de críticas particulares. Entre ellas la del relator- periodista Victor Hugo Morales (VH). Nadie puede negar la capacidad de oratoria, de retórica y de información que maneja. A su vez fue una de las principales víctimas de persecución por parte de las empresas del mayor grupo de concentración de Medios que tiene el país. Por eso resultó entre ‘extraño y raro’, leer en un artículo (como la de varios periodistas y comentaristas de radio) decir que ‘No mires arriba’, le pareció ‘ridícula y la apagó’.  En esa nota de vacaciones, como sistematiza los puntos que le parecieron no coincidir con otras críticas, sería interesante responderle, pero es una pena que no haya terminado de ver toda la película. Sucedió algo parecido en algunos ‘pensadores- progues’ con el final del ‘Guasón’: cuando la gente sale a la calle y se arma todo ese caos. Muchos de la intelectualidad, han tomado ese final como la anarquía total, donde no hay salida ante los cuestionamientos de la muchedumbre que quiere destruir todo, en una rebelión.

‘Guiño al status quo’. VH al citar a Jorge Alemán (psicoanalista) toma de él que la película se identifica con ‘el pequeño grupo de científicos’. ¿Por qué solo haber tomado una parte de los que intervienen en la película como si fueran el centro?, ¿solo porque aparecen primero?  Lo que no pudo ver- tal vez- fueron los otros poderosos que aparecen. Estos están representados por: una clase política, la tecnología y sus negocios y los Medios de comunicación.

En algunos comentaristas radiales, cuando escuchaba la crítica, decían que la película los aburrió. Esos comentaristas, también son productores de sus programas en TV. Era fácil deducir que ‘los aburría’, cuando forman parte del problema que se plantea en la película. Nadie presta atención a un meteorito que caerá en la tierra. Justamente cuando son llevados ‘los científicos’ a los programas de TV, allí son tratados con la banalidad que se tratan muchos temas hoy en los medios. Especialmente en ‘la máquina de picar carne’ como se ha denominado a la televisión.

El guiño al ‘status quo’ es por los medios, pero en la película comienza por la clase dirigente de ese momento. La excelente actuación de Meryl Streep (haciendo de presidente de la Nación) con toda esa dosis de frivolidad que también tiene el poder, pudo haber encandilado a algunos, asociando a nuestras mujeres presidentes que tuvimos en el país. Pero hay que focalizar muy bien, para no asociar mal: en una de las escenas dentro del despacho presidencial esta la imagen por detrás de Nixon. Las nuevas generaciones, quizá no conozcan a este presidente norteamericano que tuvo que renunciar por ‘escuchas ilegales’. Caso conocido como el Watergate. Esa clase política esta representada en cuáles son sus intereses/ prioridades y en que son muchas impotentes para actuar en beneficio de las mayorías (o de desastres naturales). Así aparece muy claro la alianza con el negocio de la tecnología y la ciencia, que daría respuestas a todos los problemas. 

“El secreto de la ideología es la identificación, y no la conciencia de la realidad. Y a mí me parece que eso está muy bien, porque de tomar conciencia de cómo está el mundo, de la porquería, que yo no lo necesito ya. Lo que importa es con qué nos identificamos en la pelea”. Estas son palabras textuales de VH, cuando está analizando ‘la comparación y la metáfora’. Posiblemente proyecte su ideología de identificación con categorías muy estrechas. Recuerdo que una vez el relator de fútbol decía que ‘podría vivir en una Villa de Retiro, ya que estaba cerca de los teatros, los cines’. Esa frase que los medios de oposición la pasaban por sus repetidoras de cable, TV y radio, sonaba ofensiva para los habitantes de las Villas. Era una frase poco feliz, como se dice ahora, pero nos sirve para entender algunos puntos y aclarando que no caeremos en lo que Majul y Lanata, le han venido pegando abajo del cinturón al uruguayo.

Un hombre de mundo como VH, que va a París, a New York, que tiene contratos exclusivos para los Mundiales, es un tipo agradecido y hasta humilde, puedo afirmar (cuando lo conocí personalmente en un Congreso de Cultura, me pareció ver al actor Ives Montad), por eso es llamativo que más allá que le haya parecido frívola la película, se quedara solo con lo superficial de las identificaciones y no de ver cómo está estructurado el poder (de los que en verdad manejan el mundo). La ciencia también está controlada por los poderosos, solo que en esta etapa está aún más ligada a la tecnología. Las críticas de Jean Paul Sartre, Paul Feyerabned, Noam Chomsky, , acerca de cómo los ‘egresados’ en diferentes campos de la ciencia, de las universidades norteamericanas, son reclutados para trabajar en la mayor industria que ha seguido creciendo: la industria de las armas; allá en los 60 han quedado minimizadas con las nuevas guerras preventivas y los viajes a Marte.

Carlos Liendro