(UN ADELANTO DEL LIBRO QUE APARECERÁ EN DICIEMBRE: ESCRITOS SOBRE 40 AÑOS DE DEMOCRACIA)
PROTO- PRÓLOGO
Fue en la Feria Internacional del Libro del 2023,
donde a través de una exposición de fotos, pude comenzar a pensar que habían
transcurrido 40 años de democracia. Habíamos llegado a 1983,
cuando hubo elecciones libres, después de Malvinas. Esa era una de mis tesis: la
democracia se la debemos a los jóvenes que murieron en las islas. De no haber ocurrido esa derrota, Galtieri
hubiera marchado en un caballo blanco por Puerto Argentino, con
Menéndez formado en primera fila. El militarismo en Argentina siempre
estuvo. Agregaría más: la organización del país, desde Roca (en el siglo XIX)
se hizo con el ejército. Mitre dejó esa huella, para conformar esa idea militar
de patria junto al modelo agroexportador.
Tres
hechos de ‘masas’, debo decir que me han marcado.
Pertenezco a esa cantidad de argentinos, donde los acontecimientos del 24 de
marzo de 1976, no me afectaron en ese momento. ‘Estábamos en otra’, como se dice comúnmente. Pero el Golpe de Estado, comenzó a mostrar lo sanguinario de su
planificada máquina de torturar, matar y hacer desaparecer personas. Luego del
Mundial del 78 pude comenzar a entender qué estaba sucediendo. Una serie de
informaciones del exterior (en revistas, panfletos) hicieron que pueda ir
tomando noción de lo que sucedía. En 1979, cerraron la Universidad de Luján, en la que estaba
estudiando y creo que ahí ya no era solo la conciencia política, sino un inicio
de la militancia. Uno tampoco tenía conciencia de qué riesgos se tenían en las
asambleas estudiantiles. Eran mínimos comparados con los que fueron
desaparecidos. Allí conectamos con muchos grupos clandestinos de estudiantes
de la UBA, donde había comenzado a
estudiar otra carrera en paralelo. A su
vez nos fuimos conociendo muchos referentes de la cultura, para que
firmaran una petición contra el cierre de la UNLu. El que más recuerdo, porque
hemos charlado en su casa, fue la de Elías Castelnuovo.
Ese
Mundial de fútbol de 1978, me hacía ver por primera vez- y no tenía aún las
palabras teóricas- la manipulación de masas. Desde el poder
de un gobierno, los Medios de comunicación y la plasticidad de las emociones de
la gente, se logra el manejo de una forma de pensar. El fascismo y el nazismo
europeo fueron eso, luego de las crisis económicas. A su vez en el avance de
los estudios de aquellos que fueron contemporáneos, no solo se analizaba desde
la economía, la política, la sociología: se agregaba la fuerza de todo lo
emocional desde un psicoanálisis que justamente analizaba a las Masas. 1979,
fue otro claro ejemplo. Desde los Medios se alentaba a que la gente fuera a
decirle a la comisión de Derechos Humanos, que los argentinos ‘éramos buenos’:
éramos 'derechos y humanos'. Mientras ya los organismos internacionales del mundo
clamaban con nombre y apellido de los miles de detenidos y que no se sabían
dónde estaban. Luego vino Malvinas- esa fuga para delante de los militares-
cuando su plan económico (llevado adelante por Martínez de Hoz) ya no
funcionaba. Lo que más recuerdo de ese tiempo, era que unos días antes, la
Plaza de Mayo se había llenado reclamando por las condiciones que estaban
atravesando los trabajadores. La represión no se hizo esperar, así persiguieron y cazaron
periodistas, estudiantes, y a aquellos que estaban realizando la marcha. La
primera durante ese gobierno militar. El país se había vuelto insostenible. En
secreto se hacía esta jugada de tomar
las islas. Otra vez la Plaza de Mayo de llenaba de gente y aclamaban al
dictador Galtieri. Esta junta militar se había autoconvencido, de que por hacer
bien los deberes en haber mandado militares a Centro América, para enseñar técnicas
de tortura y asesinatos, iban desde el Norte a mirar para otro lado. Algunos
hasta especulaban que iba a suceder con lo que pasó con Nasser cuando tomó el
Canal de Suez. Ahí Estados Unidos evitó que Inglaterra interviniera con sus
fuerzas militares para retomar esa región. Esa era su creencia, junto a toda su
estrategia de reuniones, y los pactos de guerra. La alianza del Atlántico (entre
Inglaterra y Estados Unidos) estaba por arriba de cualquier convenio entre
americanos (del Sur, del Centro y del Norte).
Por eso nuestra generación nació con la
Primavera de 1983 (como para otra generación había sido ‘la primavera del 73’
con el retorno de Perón). Se empezaba a saber mucho más sobre el asesinato de
jóvenes argentinos en los campos de concentración, empezábamos a conectarnos
con el mundo y la gente había votado por un abogado que nos recitaba el
Preámbulo de la Constitución, mientras otro quemaba un cajón en la ‘9 de
Julio’. Esas imágenes definieron a muchos indecisos. Ese 30 de octubre, luego
de saberse los resultados, nunca olvidaré que bailamos y cantamos, entre
tantos jóvenes, por la avenida Sarmiento arbolada, que había sido cortada. Miraba
hacia esa noche estrellada, abrazado al cuerpo de una mujer, y para mí empezaba
otra nueva etapa que había que construir en el país.
Carlos
Liendro
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